Título: Los crímenes de Oxford. El asesinato como acertijo.
Autor: Guillermo Martínez.
Editorial: Destino.
Nº de páginas: 212.
Sinopsis: Pocos días después de haber llegado a Oxford, un joven estudiante argentino encuentra el cadáver de una anciana que ha sido asfixiada con un almohadón. El asesino resulta ser un desafío intelectual lanzado a uno de los lógicos más eminentes del siglo, Arthur Seldom, y el primero de una serie de crímenes. Mientras la policía investiga a una sucesión de sospechosos, maestro y discípulo llevan adelante su propia investigación, amenazados por las derivaciones cada vez más arriesgadas de sus conjeturas.
Los crímenes de Oxford, que conjuga los sombríos hospitales ingleses con los juegos de lenguaje de Wittgenstein, el teorema de Gödel con los arrebatos de la pasión y las sectas antiguas de matemáticos con el arte de los viejos magos, es una novela policíaca de trama aparentemente clásica que, en el sorprendente desenlace, se revela como un magistral acto de prestidigitación.
Opinión personal (crítica): Es un libro que engancha desde el primer capítulo. Lleno de misterios que pareces saber la respuesta pero que te das cuenta que finalmente no es como tú pensabas. Todo empieza con este estudiante argentino que va a vivir a casa de una anciana y su nieta en su estancia en Oxford gracias a una beca. En esa casa un día que nuestro protagonista va a entregar el dinero de alquiler se encuentra con Seldom, que conoce a la anciana (Mrs. Eagleton). Al entrar en la casa sin que nadie les abra se encuentran con Mrs. Eagleton muerta. Esa sería solo la primera de una serie extensa de crímenes. Llaman a la policía y empieza la investigación. Mientras la policía, sobre todo Petersen, investigan por su parte los hechos, Seldom y el estudiante investigan por la suya. El segundo crimen es en el hospital de un anciano muy mayor sin familia conectado a un respirador artificial, el tercero en el concierto en que toca la nieta de Mrs. Eagleton, el que toca el triángulo con una muerte la mar de misteriosa, y el cuarto en el ómnibus que piensan que está Seldom pero es otro en el que van niños con síndrome Down.
Los crímenes dejan un rastro con una nota y un símbolo. Finalmente averiguan que los símbolos se corresponden a el libro La hermandad de los pitagóricos, cuatro números, uno, el dos (pez), el tres (triángulo) y el cuarto (tetraktys).
no quiero desvelaros quién es el asesino porque como a mí, me equivoqué al principio al pensar en alguien que al final no resulto ser. ;)
"-Estoy leyendo hacia atrás - me dijo-. Quiero saber cómo eran en un principio las cosas.- Volvió a mirarme con esa fijeza un poco fanática-. Uno se lleva sorpresas. Por ejemplo, ¿cuántas sectas, cuántos grupos religiosos, diría usted que había en la época de Cristo?
[...]-Ahora bien, ¿qué pasó con ese Cristo durante los cuarenta días que duró su regreso?
[...]-Sí, al cabo del tercer día Cristo hubiera sido un desecho monstruoso incapaz de erguirse, pestilente y ciego. Ésta es la verdad. Pero a quién le interesa la verdad, ¿no es cierto? Usted acaba de ver a mi hija. Necesita un trasplante de pulmón. Estamos esperando por ese pulmón desde hace un año, está ahora en la lista nacional de emergencias. Le quedan no más de treinta días de vida. Dos veces tuvimos la oportunidad. Dos veces rogué y supliqué. Pero las dos veces eran familias cristianas y prefirieron enterrar cristianamente a sus hijos. ¿Sabe usted que la ley británica impide que si uno de los padres se suicida los órganos puedan ser trasplantados a sus hijos? Es interesante a veces volver al principio de las cosas, los antiguos tenían otra idea sobre los trasplantes, la teoría de los pitagóricos sobre la transmigración de las almas..."